La Arquitectura Emocional de «La Casita» en la Residencia de Bad Bunny

La emblemática “casita” que Bad Bunny instaló en su residencia musical No Me Quiero Ir de Aquí no es solo una estructura escenográfica: es una poderosa representación de nuestra arquitectura, nuestra memoria colectiva, y nuestro sentido de pertenencia puertorriqueño.

"La Casita" de Bad Bunny en el Choliseo de Puerto Rico

El Diseño de “La Casita”: Arquitectura Vernácula y Contemporánea

La casita, diseñada por la puertorriqueña Mayna Magruder Ortiz junto a Rafael Pérez Rodríguez y construida por talento local, es una pequeña joya arquitectónica que honra la vivienda típica de Puerto Rico. Construida en madera y metal, con balcón frontal, techos modestos y materiales tradicionales, refleja con autenticidad las casas que muchos habitamos o conocimos en nuestra infancia.

Escenografía y Uso del Espacio: Más que un Escenario

La casita funciona como un segundo escenario dentro del Coliseo José Miguel Agrelot, diseñada para recrear con gran realismo una vivienda típica de concreto. Su interior incluye mobiliario, un televisor, una barra y hasta una escalera en espiral en la parte posterior que permite al artista desplazarse hacia el techo. Uno de los detalles más llamativos es que este espacio también sirve como zona VIP exclusiva, donde se sentaron invitados de talla mundial como LeBron James, Ricky Martin y Kylian Mbappé, entre otros.

La puesta en escena evoca un "party" de marquesina—esa reunión social de barrio que va desde el balcón hasta la calle—resonando profundamente con nuestra identidad cultural.

Significado Cultural y Emocional

El concierto, reconocido por muchos como una celebración de la identidad boricua, utilizó este espacio para conectar los lazos emocionales con nuestra historia y sentir colectivo. La casita no solo evocaba la nostalgia del hogar —era una declaración: aquí seguimos, aquí pertenecemos.

Al trasladar esa vivienda íntima al centro de un escenario gigantesco, como lo es el Choliseo de Puerto Rico, Bad Bunny reforzó nuestra relación con el pasado, la memoria y la resistencia cultural. El espacio se convierte en narrativa arquitectónica—una arquitectura que habla sin palabras.

Conclusión: Diseño, Identidad y Arquitectura al Servicio del Alma

“La casita” de Bad Bunny es mucho más que una escenografía: es un símbolo tangible de nuestra arquitectura vernácula, un puente entre lo íntimo y lo popular, una pieza de diseño con contenido cultural. Fue creada por boricuas, construida para emocionar, y estructurada para convertir un concierto en una experiencia profundamente nuestra.

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Bad Bunny y Jimmy Fallon en las calles de Viejo San Juan. Enero 2019.

Referencias:

• Díaz, F. J. (28 de julio de 2025). Así se construyó la casa de Bad Bunny dentro del Coliseo. El Nuevo Día.

• People. (31 de julio de 2025). How to Spend a Weekend Like Bad Bunny in Puerto Rico If You're Going to His Historic Residency (Exclusive).

• The Cut. (4 de agosto de 2025). Letting Go of My Diaspora Grief at the Bad Bunny Residency. The Cut.

• AS. (26 de julio de 2025). De LeBron James a Kylian Mbappé: la prestigiosa lista de invitados a la residencia de Bad Bunny en Puerto Rico. AS